AL PLANTEAR la cuestión del sujeto de la historia, es necesario
intentar una mayor precisión acerca de lo interrogado,
pues la significación del término "sujeto" es cualquier
cosa menos comprensible de suyo. Aun sin considerar los
diversos significados de esta noción cuando se trata del sujeto
lógico o epistemológico, sigue siendo ambiguo y confuso lo que
pueda entenderse por "sujeto". Etimológicamente significa "lo
puesto debajo" o "lo que se encuentra en la base": de ahí un sentido
semejante al del término "sustancia". A este sentido etimológico
responde las más de las veces el significado ontológico del
vocablo "sujeto", conforme con el cual el sujeto es el ente que está
en la base sosteniendo o sustentando una determinada realidad.
De acuerdo con el sentido mencionado, pues, el término "sujeto"
indica la relación de un ente con una realidad sostenida por él o,
lo que es igual, con una realidad en alguna manera dependiente
del sujeto sustentante.
El término adquiere un sentido derivado del anterior cuando se
define al sujeto por oposición al objeto: significa entonces una
entidad autónoma cuya actividad permite el establecimiento de
relaciones, a diferencia del simple "objeto" o entidad pasiva de
tales relaciones. Se puede extremar esta significación haciendo
del sujeto el polo activo y constituyente enfrentado al objeto concebido
como polo pasivo y constituido. Al plantear, pues, la cuestión
del sujeto de la historia se estaría interrogando bien por el
ente que está en la base sustentando el proceso histórico o bien
por el ente constituyente de tal proceso. La primera pregunta remite
a una problemática metafísica ya que exige como respuesta
el señalamiento de un ente que, estando "más allá" o "debajo”,
pero, en definitiva, fuera de la historia, sea, sin embargo, la base
sustentante de la misma. La segunda pregunta, en cambio, tiene
una apariencia de mayor legitimidad, por cuanto interroga por una
subjetividad libre, un centro de iniciativas, autor responsable de
sus actos, es decir, interroga por el ente de cuya actividad el proceso histórico sería el resultado. Entendida así, la pregunta por el
sujeto de la historia sería equivalente a la pregunta acerca de
quién hace la historia.
Vamos a referirnos más detenidamente al primero de los dos sentidos
mencionados, donde el sujeto aparece como la causa u origen
del proceso histórico. Este es el caso, por ejemplo, del planteamiento
de Feuerbach, para quien la sociedad sólo es, en cada
uno de sus momentos históricos, la manifestación progresiva de la
esencia humana. Si el hombre aparece, en esta perspectiva, como
el sujeto de la historia, ello se debe a que el proceso se comprende
como la serie de manifestaciones y transformaciones de la naturaleza
humana. De acuerdo con esta concepción humanista, el hombre
es el sujeto de la historia porque el proceso no es sino la expresión
fenoménica de su esencia interior. Una ilustración de este
enfoque antropológico la ofrece el conocido párrafo de los Manuscritos
de 1844 según el cual, el comunismo "es la verdadera
solución del conflicto entre el hombre y la naturaleza y del hombre
contra el hombre, la verdadera solución de la pugna entre la
existencia y la esencia, entre la objetivación y la afirmación de sí
mismo, entre la libertad y la necesidad, entre el individuo y la
especie. Es el secreto revelado de la historia y tiene la conciencia
de ser esta solución".1 (C. Marx, "Manuscritos Económico-filosóficos de 44, en Escritos Económicos
Varios, pp. 82-83. Trad. W. Roces, Ed. Grijalho, México, 1962.)
En este párrafo es claro el supuesto de que el hombre es el sujeto,
es decir, el principio u origen fundamental del cual la historia es
la manifestación. Así pues, el proceso aparece como una sucesión
caótica de acontecimientos cuya clave sólo se encuentra en las
determinaciones esenciales del sujeto. "La tesis inestable sostenida
por Marx en los Manuscritos de 1844 es que la historia es la
historia del proceso de enajenación (y des enajenación) de un sujeto".2 (Louis Althuser. "Lenin frente a Hegel", en Anton Pannekoek, Lenin filósofo.
Cuadernos P y P, No. 42, p, 171, Córdoba, 1973.) El código que permite descifrar el "sentido" del conjunto
de los fenómenos históricos está dado por la naturaleza de ese
sujeto, cuyas notas esenciales constituyen el lugar donde el humanismo cree encontrar la razón de ser del proceso.
Fuente: El sujeto de la historia.
http://148.206.53.230/revistasuam/dialectica/include/getdoc.php?id=309&article=330&mode=pdf
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