martes, 14 de julio de 2015

La Historia como Ciencia. (3)


SOBRE EL CONCEPTO DE HISTORIA

De Clío a la historia del hombre. Clío es la musa que representa la historia gracias a la intelectualidad académica de Alejandría. De las nueve hijas de Zeus (rey de los dioses, padre de los dioses y de los hombres) y Mnemosine(personificación o diosa de la memoria), musas patrocinadoras de las artes, la primera de ellas es Clío, quien es representada por una imagen de mujer coronada de laurel y portando un rollo de papiro en la mano izquierda. La historia es una de las pocas disciplinas que cuentan con una musa, nadie más que ella ha compartido la naturaleza y el destino de los hombres ya que “no hay ninguna ciencia que tenga las puertas tan abiertas al gran público como las tiene la historia”. Que la historia tenga musa denota, en parte, la importancia que, desde los tiempos de Herodoto, ha tenido para el hombre; sin embargo, dado que las musas son consentidoras de las artes, se plantea de entrada el problema acerca de si la historia es un arte, tal como creía Aristóteles o si es un conocimiento científico. Pues bien, tendremos primero que navegar en otras honduras antes de llegar a cualquier conclusión.
Por otra parte, enfocando el origen del término que se rastrea desde el punto de vista epistemológico, la palabra castellana historia proviene directamente de la correspondiente palabra griega que significa narrar, describir, explicar (esos significados, no obstante que se pueden entender en ciertos ámbitos como sinónimos de historia, marcan también una problemática dentro de la filosofía de la historia, puesto que narrar, describir o explicar, pueden constituir más bien partes del proceso del conocimiento histórico por el cual atraviesa el historiador como sujeto cognoscente de la historia). Por eso, historia es un concepto cuya comprensión ofrece algunas dificultades tanto en la definición como en la explicación que le han dado diferentes autores. Se ha empleado el término historia en el sentido amplio de estudio de los cambios sucesivos que se han producido en cualquier ámbito de fenómenos, y no solamente en el de las cuestiones humanas; así lo que llamamos historia es externamente lo que, en el espacio y el tiempo, acontece en su determinado lugar. La historia, así entendida, trata de todo tipo de asuntos, humanos o no humanos, y no tiene porqué ser pasajera, vale decir, tiene rasgos de eternidad. Hablamos, pues, de la historia de la Naturaleza y de la historia del Hombre; a las dos es común un proceso continuo e irreversible en el tiempo, ya que son distintas en su esencia y en su sentido. En la historia de la Naturaleza, ésta no es consciente de sí misma, es apenas un acontecer que no sabe de sí, sólo sabe de ella el hombre. Los procesos y cambios evolutivos más importantes son tan impredecibles como los procesos históricos o los cambios históricos más señalados.
Pero en la historia humana “conciencia y propósito no son factores de ese acontecer natural”, es decir, que el hombre ha llegado a preguntarse y a saber de sí mismo mediante la conciencia pensante en una tradición histórica ininterrumpida. La historia del hombre la representamos, en cambio, como una pequeña parte de la historia de la vida sobre la tierra. La historia de seis mil años que conocemos por tradición es un proceso muy breve comparado con la larga historia, sin historia, del hombre durante milenios. Por lo tanto la historia no existe como naturaleza, sino sobre la base de la naturaleza que en el ilimitado tiempo anterior a la historia existía y existe hoy para soportar todo lo que somos y a partir de allí el concepto se hace ambiguo y se restringe, como lo indica Moulines.
Es decir, que historia es un concepto que se entiende sólo a partir del hombre o de asuntos relacionados con él, porque con respecto a las medidas humanas, la historia de la naturaleza tiene un curso muy lento, en tanto que para la historia humana la repetición de lo idéntico constituye un aspecto central, este aspecto contradictorio hace que la naturaleza sea ahistórica.


Luis Fernando Sanchez Jaramillo.
http://icsh.co/page36.html

http://www.redalyc.org/pdf/1341/134116845005.pdf

1 comentario:

  1. Calíope: Musa de la belleza, la elocuencia y la poesía épica, también se le conocía como ‘la de la bella voz‘. Esta musa fue la más relevante y significativa de las nueve. En términos artísticos, se le veía representada llevando una corona de laureles, una tablilla, un estilete y un libro. Según algunas historias, es madre de Linus y Orfeo

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